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| Programa general | Exposiciones Instituto Cultural Cabañas |

ACERVO NUMISMATICO
 DE LA FUNDACIÓN J. ALVAREZ DEL CASTILLO.

Instituto Cultural Cabañas
Del 7 de Mayo al 17 de Junio
Hora: 20:30 Hrs.

 

La Fundación J. Álvarez del Castillo cuenta con un acervo de aproximadamente cinco mil monedas y medallas de diferentes países, destacando la colección de piezas mexicanas, entre las que se encuentra una dedicada en especial al Estado de Jalisco, (249 Monedas), en donde se pueden apreciar piezas de cuando Guadalajara fue capital de la Nueva Galicia (entre1812 y 1822) y se acuñaron monedas por parte de las fuerzas realistas.

También podemos encontrar monedas acuñadas durante el sistema del Real, las cuales se empezaron a acuñar desde 1825 hasta 1870, pasando por las realizadas en cobre de 1828 a 1862, correspondientes al periodo del establecimiento del Estado Libre de Jalisco.

Las monedas acuñadas en cobre tanto por el Estado Libre de Jalisco como por el Departamento de Jalisco, a pesar de no tener un alto valor económico, son sumamente difíciles de encontrar en buena condición.

También se encuentran monedas acuñadas durante el sistema del peso, las cuales se empezaron a acuñar desde 1870 hasta el cierre de la casa de moneda de 1895.

Así mismo, hay monedas de 1915 acuñadas por orden del General del Ejército del Norte Manuel M. Diéguez, esto durante la Revolución Mexicana.

Se tienen algunas piezas denominadas de la época de los Cristeros, aquel movimiento revolucionario en que se luchó por lograr una reforma jurídica relativa a la libertad de cultos (1926-1935  aproximadamente).

MONEDAS NACIONALES (3000 MONEDAS)
 Por otra parte, y dentro de la colección de monedas mexicanas se tienen monedas del Virreinato:
Carlos y Juana (1535-1572)
Felipe II (1572-1598)
Felipe III (1598-1621)
Felipe IV (1621-1665)
Carlos II (1665-1700)
Felipe IV (1700-1746)
Luis I (1724)
Fernando VI (1746-1759)
Carlos III (1759-1788)
Carlos IV (1788-1808)
 Fernado VII (1808-1821)
Independencia (1810-1821)
Resellos (Realistas e Insurgentes)
Imperios:
Primer Imperio (1824-1823)
Segundo Imperio (1864-1866)
República Mexicana ( Sistemas Octaval y Decimal)

CECA DE MÉXICO (1823-1905)

CECAS FORÁNEAS
Álamos (1862-1835)
Chihuahua (1832-1895)
Culiacán (1846-1905)
Durango (1824-1895)
Estado de México (1828-1895)
Guadalajara (1824-1895)
Guadalupe y Calvo (18343-1852)
Guanajuato (1824-1900)
Hermosillo (1861-1895)
Oaxaca (1858-1893)
Real de Catorce (1863-1869)
San Luis Potosí (1827-1893)
Zacatecas (1824-1905)
Estados Unidos Mexicanos ( 1905-2000)
Revolución (1910-1917)
Emisiones Villistas
Emisiones Zapatistas

 1000 FICHAS DE HACIENDA
Colección de Fichas de Hacienda de toda la República.

BILLETES
Se cuenta con una colección de aproximadamente 200 billetes de la época Revolucionaria, y los elaborados por el Banco de México.

MEDALLAS Y MONEDAS DE TIPO MEDALLAS  (350)

Historia de la Moneda en México

La presencia del dinero en las transacciones se remonta en la historia al surgimiento del comercio. El empleo de alguna forma de dinero para facilitar los intercambios, e inclusive para simbolizar y acumular riqueza ha estado presente prácticamente en todas las culturas.

Desde hace varios siglos la humanidad ha buscado la forma de simplificar el modo de adquirir los bienes necesarios a su subsistencia, para tal fin, el dinero, a través del tiempo y de la historia, ha estado representado por las más diversas formas, ya sea por conchas, a las que les daban la forma circular y para mayor custodia las agujeraban al centro, las ensartaban a un cordón y se las colgaban al cuello, o las almendras de cacao, o trozos de tela de algodón, polvo y granos de oro en cañones de ave, tajaderas de cobre, placas de estaño, plumas, y hasta colmillos de jabalí, por citar algunos ejemplos.
La preferencia por los metales preciosos data de unos cinco mil años. Y durante varios siglos se usaron en forma de barras o de lingotes que partían en pequeños trozos que al recibirlos a cambio de algún producto era preciso comprobar su peso y su ley, este inconveniente se fue subsanando con la introducción de la moneda acuñada, cuya técnica de fabricación ha venido perfeccionándose durante siglos, siempre con el propósito de evitar mermas, falsificaciones y alteraciones en su composición y valor.

El uso de la moneda metálica, forma de dinero más aceptada en todo el mundo desde su invención en el siglo VII a.C. fue introducida a México por los españoles con la conquista. Tal vez esa fue la primera reforma monetaria por la que pasamos los mexicanos: pasar del trueque y de valorar con cacao o plumas de quetzal las mercancías, a un sistema en el que se empleaba moneda tal y como la conocemos hoy en día.
La calidad de la moneda mexicana ha sido indiscutible a través de la historia, desde sus orígenes, hasta nuestros días. La Casa de Moneda de México, primera en su género en América, fue fundada durante el virreinato de don Antonio de Mendoza, por una ordenanza real de 1532, emitió las primeras monedas a principios de 1536.

Con el transcurrir de los años, la moneda mexicana se convirtió en moneda universal. Ello derivado de que dada la riqueza en plata con la que contaba México, fuertes remesas del metal amonedado se enviaban al exterior, ya fuese para pagar importaciones de Oriente, de España y de Flandes, o bien destinadas a España para pagar los impuestos que la metrópoli imponía a sus colonias. Contó también para ello la calidad de la plata contenida en cada moneda mexicana. De hecho, muchos países, incluyendo Inglaterra y Estados Unidos la usaron como moneda oficial.
A partir del primer tercio del siglo XVIII se introdujo nueva maquinaria a la Casa de Moneda, y se empezaron a fabricar monedas redondas y con bordes bien definidos. Con esta reforma monetaria se crearon piezas de incomparable belleza.

Posteriormente al estallar la guerra de independencia, los grupos involucrados: realistas e insurgentes, acuñaban su propia moneda para poder financiar sus campañas. Al consumarse la independencia el imperio de Agustín de Iturbide acuñó su moneda con la cara del emperador. Con Iturbide también se realizó la primera emisión oficial de papel moneda.

Monedas Históricas

 

Guadalajara a Través de sus Monedas

Bienvenidos a la primer exposición dedicada a las monedas acuñadas en Guadalajara, capital del Estado de Jalisco y una de las ciudades más importantes de México, la cual, a pesar de no tener una gran variedad de piezas como lo fueron otras ciudades, sus monedas son muy apreciadas por los coleccionistas, llegando a subastarse algunas de ellas en varios miles de dólares.

El objetivo primordial de la muestra, es la difusión de la numismática de Guadalajara, un tema que desgraciadamente ha sido olvidado con el transcurso del último Siglo, ya que muchas personas ignoran que en Guadalajara se acuñaron monedas, y que éstas, hayan llegado a circular por todo el mundo como lo fueron las piezas de 8 Reales. Así mismo se pretende que se vea de una perspectiva diferente a las monedas, ya que no son sólo piezas de metal que presentan figuras y leyendas y que sólo sirvieron como un medio de intercambio, sino que cada moneda guarda una parte de la historia y de la cultura de Jalisco de los últimos siglos.

En esta ocasión se muestran las monedas que se han acuñado desde 1814 cuando Guadalajara era capital de la Nueva Galicia, hasta las acuñaciones de 1915 por el Ejército del Norte durante la Revolución Mexicana, pasando por el sistema del Real y del Peso, durante la República Mexicana del Siglo XIX.

Monedas dedicadas a Jalisco

 

La Revolución Mexicana Reflejada en sus Monedas

El periodo bélico de la Revolución Mexicana comprendido entre los años 1913 y 1917 ofrece, al estudioso de la numismática, una oportunidad estupenda.
El aspecto puro de la numismática se ocupa de clasificar monedas por tipos, variedades de diseño, metales, técnicas de acuñación cronológica, valores faciales, etc., es una disciplina objetiva de carácter técnico sobre las monedas de per se.
El aspecto aplicado tiene por objeto leer en las monedas el mensaje histórico económico o artístico que las monedas contienen por virtud de su confección, su cronología, sus lemas e inscripciones y por su diseño en general.

Las monedas de la Revolución Mexicana son del tipo denominado obsidional o de necesidad. Desde las primeras emisiones de Sinaloa e Hidalgo del Parral, ambas de 1913, vemos como la técnica de elaboración sucumbe ante la apremiante necesidad de dotar las huestes revolucionarias de numerario para atender sus más ingentes necesidades cotidianas.

Las monedas que las diferentes facciones armadas emitieron, no se hicieron para comprar armamento, los valores faciales nos indican que fueron hechas principalmente para que la tropa y el pueblo pudieran comprar su abastecimiento diario: maíz, frijol, pan, azúcar, etc. Era moneda hecha por grupos que dominaban transitoriamente una región en la cual no existía la moneda hecha en la Capital, o bien, la de éstas era escasa; o que se emitía haciendo alarde de la soberanía, para subsistir a la moneda del bando contrario y, por consecuencia para repudiarla.
Se tomaba por la fuerza una plaza cerda de la cual había un mineral, o bien se combatía precisamente para hacerse de recursos o metales preciosos. Con las barras de plata que se capturaban se procedía a la elaboración de monedas, ya fuera fundiendo la plata y vaciándola en moldes de arena hechos de moneda en circulación, o bien se laminaba la plata, se confeccionaban troqueles improvisados y luego se acuñaban las monedas en tórculos de grabador, en prensas rudimentarias o a base de yunque y martillo.

En sus monedas los revolucionarios plasmaron una ferviente profesión de fe respecto a un futuro cambio que con los años se ha vuelto realidad.

Monedas de la Revolucón

Tlacos o Fichas de Hacienda, Moneda del Pueblo

Las primeras piezas numismáticas que llevaron estos nombres fueron las monedas de cobre de cuatro y dos maravedíes del Virrey D. Antonio de Mendoza. Al desaparecer éstas de la circulación, se volvió al uso del cacao como “moneda”, esta costumbre persistió en la ciudad de México hasta fines del siglo XIX; aproximadamente durante doscientos cincuenta años el comercio pequeño o “pulperías” en la Nueva España, careció de moneda oficial de cobre para sus diarias operaciones. La falta de moneda fraccionaria fue tan grande, que originó la fabricación particular de fichas o guitones, asimismo bautizados por TLACOS O PILONES, según su tamaño. A las piezas llamadas TLACOS también se les llamó CLACOS por degeneración de la voz Náhuatl “TLAHCO”, que significa mitad.
Estas monedas nunca tuvieron respaldo oficial; pero se aceptaban al margen de la ley. Su uso fue aumentando hasta convertirse en una costumbre perniciosa que cundió de las ciudades a los pueblos, centros mineros, haciendas ganaderas o de labor, razón esta última por la que igualmente se les conoce como FICHAS DE HACIENDA. Hubo una época que bien pudo haber merecido el nombre de “plaga”.
Aunque algunas piezas datan del siglo XVIII, las hubo en mayor abundancia a mediados del siglo siguiente. Se Labraron en materiales diversos, como metal blanco, níquel, madera, cuero y hasta vidrio, pero en su mayoría, fueron de cobre; y no todas fueron circulares, puesto que las hubo rectangulares, ovaladas, en forma de flor, de hojas, de corazón y de animales.
Aunque se conocieron como “fichas de hacienda” cave recordar que no solamente se utilizaron en fincas de campo, sino también en fábricas, cantinas y tiendas de ropa y comestibles.

Fichas de Hacienda

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